COMUNICADO: La violencia machista mata más que el cáncer, la malaria, el tráfico y la guerra
- Raquel Uve
- 17 sept 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 nov 2020
Condenamos drásticamente la violencia contra las mujeres y rechazamos el retroceso de las políticas sociales que socaban las condiciones de vida de las mujeres

Desde la Coordinadora Andaluza de ONGD, en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, condenamos drásticamente la violencia contra las mujeres en todo su alcance y rechazamos el retroceso de las políticas sociales que socaban las condiciones de vida de las mujeres de forma generalizada.
Las violencias basadas en el género, que afecta a todas las mujeres independientemente del país, la etnia o la cultura a la que pertenezcan, es la primera causa de muerte entre las mujeres, acabando con más vidas que el cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y las guerras juntas. Así, cada 15 segundos una mujer o niña es agredida en alguna parte del mundo; un 70% de mujeres sufren violencia física o sexual en el transcurso de su vida; y más de 100 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital a nivel mundial.
La incorporación de la mujer al trabajo, aún aumentando su autonomía personal, ha supuesto un grave lastre para su salud ya que en ningún caso se ve acompañada de una liberación de tareas en el ámbito de cuidados, al tiempo que es víctima de desigualdades considerables relacionadas con los salarios, las oportunidades de promoción, o acoso laboral y sexual. Ejemplo de ello es que en la UE, casi la mitad de las mujeres experimentan insinuaciones sexuales en su entorno laboral.
El problema social de la violencia tiene sus raíces en la desigualdad basada en la determinación de unos roles diferenciados para hombres y mujeres. Constituye un fenómeno de orden internacional del que no están exentas ni siquiera las sociedades que consideramos como las más avanzadas socialmente. Un claro ejemplo son países como Dinamarca, Finlandia o Suecia, donde cerca del 50% de las mujeres manifiesta haber sido víctima de violencia física o sexual a manos de sus parejas o compañeros sentimentales. De donde se concluye que el patriarcado sigue promoviendo que las relaciones de pareja sean una amenaza.
Desde la CAONGD queremos recordar que la llamada “violencia de género” no se encuentra sólo en el número de muertes de mujeres a manos de sus parejas, aunque constituya su máxima y más visible expresión, sino que es necesario visibilizar todas las formas de “micromachismos” normalizados basándose en el mito de la superioridad masculina. Como es la poca corresponsabilidad de los cuidados y tareas domésticas por parte de los varones, su uso expansivo-abusivo del espacio físico y temporal, el control de los recursos familiares como el dinero, las decisiones del presente y el futuro, el paternalismo o la maternalización de las mujeres. Ejemplos todos ellos de la forma en que los varones fuerzan su permanencia en el sistema de dominación-sumisión patriarcal, a pesar del surgimiento de nuevas masculinidades que empiezan a cuestionarlo.
Teniendo en cuenta las significativas y progresivas reducciones en los servicios sociales (educación, salud, asistencia social, leyes de dependencia y prevención y atención de la violencia machista) y muy especialmente en cooperación internacional al desarrollo (con recortes que afectan a programas que trabajan por la igualdad y el empoderamiento de las mujeres), la CAONGD reivindica un reestablecimiento de los fondos y un compromiso de toda la sociedad (familias, comunidad educativa, medios de comunicación, instituciones públicas y clase política), para promover unas relaciones entre hombres y mujeres equitativas.
La violencia contra las mujeres está legitimada por un modelo socioeconómico capitalista que consideramos violento en sí mismo, y en un contexto de precariedad laboral, inseguridad económica y miedos creados por intereses del sistema patriarcal.
La Coordinadora Andaluza de ONGD se suma y muestra su reconocimiento a las múltiples campañas que en todo el mundo denuncian la generalizada violación de los derechos humanos de millones de mujeres. Exigimos a los gobiernos que, en un contexto de coherencia, promuevan políticas para erradicar la violencia contra las mujeres, aseguren el disfrute de los derechos y libertades que le corresponden y, sobre todo, que proporcionen los recursos necesarios para su aplicación.
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